Barranquilla tuvo su génesis, promediando los años 1530, cuando en estas tierras por naturaleza se visionaba un punto estratégico para el comercio de los productos propios de la agricultura. Los primeros indios asentados en estas tierras eran los Kamash (Camacho) de la etnia Arawac con influencia caribe, ellos llegaron en busca de su ganado que acostumbraba a llegar al lugar junto al rio, obligó a que construyeran chozas y cabañas, conformando al poco tiempo el caserío llamado «Sabanitas de Camacho, estos aborígenes por su ubicación junto al rio de la magdalena, eran aprovechados por otros indígenas de las diferentes zonas quienes llegaban a comercializar sus productos entre tribus, realizando trueques y enviaban hacia el interior del país.

1626 fue el año en que se estableció como punto de embarque, cuando la Corona Española decide adjudicar estos terrenos a Don Nicolás De Barros, quien a su vez crea la hacienda «San Nicolás», que por ser un poco pequeña la denominaban «Barrancas o Barranquilla de San Nicolás».

Así fue tomando rápidamente fuerza ya que recibía el tráfico que venía de Santa Marta, al igual que el contrabando de ultramar, desde entonces fue conformándose en torno a las actividades fluviales y marítimas.

Fundación de Barrancas de San Nicolás 1629

En el sitio conocido para entonces como Barrancas de San Nicolas en 1629, fue fundada nuestra ciudad, donde se organizan calles, manzanas y comercio, este fenómeno que se desarrolló junto al asentamiento de familias, en nada importó a la entonces corona española, manteniéndose Barranquilla independiente a las fuerzas del imperio español durante el proceso que se gestaba de independencia, situación que en 1815 tuvo un giro al caer bajo las tropas del coronel Valentín Capmani, pero que pasados seis años en 1921, fue libertada junto a Cartagena.

Después de la independencia Barranquilla cambia la historia de nuestra ciudad con relación a la historia nacional, pues se convierte en el principal puerto marítimo y fluvial de Colombia con la llegada de la navegación a vapor por el Magdalena.

Si bien es cierto, a través del muelle de Puerto Colombia ingresaron por decirlo así, los extranjeros en busca de nuevas horizontes, quienes tenían como finalidad llegar hacia tierras del interior, muchos cambiaron sus planes y se apostaron a estas tierras por el futro que le pronosticaban y del cual han sido gestores y artífices en su desarrollo. Acá se llegó a consolidar la economía cafetera, pasando a ser un importante eje de la industria, comercio y turismo a nivel local, regional, nacional y mundial.

El desarrollo de Barranquilla entre los años 1630 y fines del siglo XIX fue lento, solo después de casi doscientos años llegó a formarse el centro y parte suroriente. El “centro histórico de barranquilla” por excelencia contó con los primogénitos barrios (Centro comercial, mercado público, barrio Abajo del Río, más conocido como “barrio Abajo”, y los barrios Arriba del Río conocido en la actualidad como barrios Rebolo, San Roque y “El Rosario”). Aún pueden verse casas primitivas fabricadas en bahareque y techos de paja en el barrio Abajo, epicentros de las fiestas autóctonas de la ciudad como lo son los carnavales.

Barrio San Roque, allí se aprecian las enormes mansiones de las familias pudientes en su entonces, mientras que en Rebolo subsisten alguna antiguas casas de tipo popular.

Parte de la zona sur de la ciudad en esa época estaba conformada por los barrios “Chiquinquirá”, “Rebolo” y parte de “San Roque”. Contiguos al barrio Arriba, surgieron los barrios hoy desaparecidos como Takunga y Monigote a fines del siglo XIX.

Pasado el tiempo en 1897 fueron cobrando auge los barrios Centro, Rosario, San Roque, Abajo, Chiquinquirá y parte de Rebolo, situación que lleva a cambiar entre muchos habitantes su punto residencial, es así como a fines del siglo XIX, comienzan a cambiarse de residencia las familias pudientes a una zona alejada del centro, ubicándose entre las actuales calles 40 y 45, conocido en ese entonces como “Las Quintas”.

Por: David Awad V.